Castaño Blanco
6 oct 2005
17 ago 2005
28 abr 2005
5 abr 2005
Silencio
Mi silueta caminando bajo el resplandor de la luna,
el aroma del amanecer inminente llenando mi alma,
un recuerdo acechando en mi mente sin querer mostrar su rostro ni su canto.
Tan solo el roce de mi ropa delata mi presencia acompañando el cantar de los grillos en coro.
A la vez ese profundo silencio y soledad acompañado de una gran presencia que no comprendo.
Ese silencio con que me habla el universo.
Ese silencio que es mas fuerte que cualquier ruido.
Cuando siento el aire y todo lo que me recuerda que existo.
Y ese estar consciente que me recuerda mas que nunca que todo no es mas que una ilusion.
el aroma del amanecer inminente llenando mi alma,
un recuerdo acechando en mi mente sin querer mostrar su rostro ni su canto.
Tan solo el roce de mi ropa delata mi presencia acompañando el cantar de los grillos en coro.
A la vez ese profundo silencio y soledad acompañado de una gran presencia que no comprendo.
Ese silencio con que me habla el universo.
Ese silencio que es mas fuerte que cualquier ruido.
Cuando siento el aire y todo lo que me recuerda que existo.
Y ese estar consciente que me recuerda mas que nunca que todo no es mas que una ilusion.
Danza Nocturna
Flores en la niebla brillando a través de una pequeña senda de luz.
Susurros al atardecer justo antes de que las estrellas empiecen a brillar.
Una suave brisa me hace tiritar mientras siento el pasto a mis pies.
El aire llenando mis pulmones mientras que los ojos de la noche empiezan a brillar.
La vida se mueve cautelosamente a través de los árboles, tratando de no despertar a nadie.
El día preparándose a dormir mientras la noche empieza su camino.
Embebiéndome con la escencia de las hojas y el rumor del río.
Y una lechuza nocturna canta su primera canción.
Algo profundo en mi empieza a despertar.
Algo profundo en mi me dice que la hora está cercana.
Algo profundo en mi me dice que la vida tiene un nuevo comienzo.
Corriendo y danzando entre los árboles.
Cantando la bienvenida a la madre luna.
Nadie puede escuchar, nadie puede ver, solo ella y yo.
Susurros al atardecer justo antes de que las estrellas empiecen a brillar.
Una suave brisa me hace tiritar mientras siento el pasto a mis pies.
El aire llenando mis pulmones mientras que los ojos de la noche empiezan a brillar.
La vida se mueve cautelosamente a través de los árboles, tratando de no despertar a nadie.
El día preparándose a dormir mientras la noche empieza su camino.
Embebiéndome con la escencia de las hojas y el rumor del río.
Y una lechuza nocturna canta su primera canción.
Algo profundo en mi empieza a despertar.
Algo profundo en mi me dice que la hora está cercana.
Algo profundo en mi me dice que la vida tiene un nuevo comienzo.
Corriendo y danzando entre los árboles.
Cantando la bienvenida a la madre luna.
Nadie puede escuchar, nadie puede ver, solo ella y yo.
23 mar 2005
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