30 may 2014

El ego y el perdón

Cuando necesitamos entender una situación que nos provoca dolor, cuando esperamos explicaciones o al menos una disculpa honesta de quién nos dañó, muchas veces es el ego manifestándose. Una vez que podemos soltar el ego, también podemos soltar lo que pasó y se transformara en un bálsamo reparador para nuestras heridas.


Imágen de Jimmy Lawlor

23 may 2014

Amar la Sombra en el Otro

Normalmente cuando amamos a alguien nos fijamos en lo que nos gusta, lo que nos atrae, lo que nos cae bien, nos hace reír o felices, lo bueno, lo interesante, etc. Pero eso es sólo un aspecto de cada persona, también está lo feo, lo desagradable, sus mañas y porfías, sus enojos y miedos, su peor lado, sus puntos ciegos, sus fantasmas, sus monstruos, su sombra. Y sin importar el tipo de vínculo, familia, amigos o amados, tarde o temprano al menos uno va a sacar o proyectar su sombra y ahí empieza lo difícil, especialmente si hay apegos, expectativas, dependencia o necesidad de controlar.
Y es que no es sólo lo mejor del otro que deseo en mi vida, sino también sí puedo convivir con lo peor del otro. ¿Pero cómo podemos saber qué es lo peor del otro? A veces la experiencia o la intuición nos ayudan, pero no siempre podemos saber o si quiera imaginar que es ese inmenso universo que existe en el otro.
¿Que nos queda entonces? Aprender a confiar con los ojos abiertos, tomar precauciones sanas, aunque parezcan innecesarias cómo por ejemplo el matrimonio con separación de bienes, conversar las cosas claramente y llegar a acuerdos y evitar por sobre todo los "pensé que" y "creí que". Estar abiertos a que el otro nos puede sorprender, tanto en forma positiva cómo negativa, porque nunca terminamos de conocer a alguien, porque todos cambiamos en el tiempo. Siempre tiene que haber diálogo honesto. Si no es así, significa que el vinculo está enfermando y se puede volver altamente tóxico o morir.
Entender que por más que ame a la otra persona, no me puedo hacer cargo de sus emociones. Puedo acompañarlo, apoyarlo, escucharlo y hasta dar consejos sí corresponde, pero no llevar su peso. Apoyarlos de tal manera que puedan aprender a levantarse de nuevo tras las caídas.

Imágen de Angelgold Art

Y lo más importante es trabajar en sanar nuestras propias heridas y en aprender a tener una forma de pensar sana y madura, porque eso nos hará más fuertes y menos expuestos a que nos hieran. Y es que es justamente en los vínculos donde vemos nuestros puntos débiles.
Es tan común el pensar que amar es perder nuestro centro, entregarse al otro, mimetizarse con el grupo, ceder parte de nuestro poder personal, olvidarse quién soy para pasar a ser parte del otro. Pero eso no es amor, es casi una búsqueda de volver a sentir el calor y seguridad del vientre materno en donde no había un yo ni había identidad.
Amar es desde mi centro, desde mi persona, escoger estar contigo (papá, mamá, hermano o hermana, hijo o hija, amigo o amiga, amado o amada) cada día, no por necesidad, sino para compartir mi alegría y también mis experiencias de vida, del tipo que sean. Si el día de mañana no estás por la razón que sea, me dolerá , pero volveré a ser feliz, porque nunca perdí mi centro. Y sí el día de mañana no estoy quiero que también puedas ser feliz.
Y sí el estar separados nos hace más felices que estar juntos o cerca, probablemente esa sea la mejor decisión a tomar. No sólo rendirnos ante las dificultades, sino reconocer que se puede sanar o salvar y cuando se ha llegado a un punto en el que ya no hay vuelta atrás. Porque para sanar un vinculo se necesitan dos, porque no se puede perdonar lo que para uno es imperdonable, o porque el "lo siento" después de una cierta cantidad de veces deja de tener sentido, sino va acompañado de un gesto que pueda resolver las cosas.
Hace falta conocerse, tanto para poner límites antes de llegar a lo intolerable, cómo para tener humildad y reconocer nuestras propias limitaciones y hacernos cargo de nuestra propia sombra.
Todo vinculo puede se constructivo o destructivo dependiendo de cómo lo abordemos y las herramientas que tengamos, pero siempre hay algo que aprender y ayudarnos a crecer. Cada persona en nuestras vidas tiene una razón para estar ahí y depende de nosotros como podamos llevar el vínculo. Aprender a reconocer al otro como un todo y no solo lo que nos gusta.


Imágen de Lee Bogle

3 may 2014

Flores de Bach: Gentian como Curador

Las desilusiones de la vida nos pueden llenar de pesadumbre y romper el cascarón de la inocencia. Deja un sabor amargo que permea toda nueva experiencia, que quita las ganas de hacer cualquier cosa. Sentimos que es mejor no volver a amar, volver a intentarlo, volver a confiar. Nos escondemos del nuevo golpe que podría venir. Mejor no intentarlo, o si?
A veces falta solo un pequeño rayo de sol, una sonrisa, una palabra amable o un recuerdo, algo que nos vuelva a conectar con la dulzura de la vida, que nos de motivos para apasionarnos por algo, para luchar por lo que queremos, dándonos permiso a equivocarnos y volver a intentar. Porque los errores son solo parte del camino a nuestros sueños, parte del camino de conocernos mejor y que a veces nuestros sueños cuando no se cumplen es porque había otro sueño mejor y mas importante. Que el romper la burbuja no es para rompernos el corazón, sino para que podamos construir con nuestras propias manos un mundo mejor.
Imágen de Josephine Wall

1 may 2014

Cuando la víctima se convierte en victimario

Todos hemos pasados momentos difíciles en nuestras vidas que nos han hecho sentir víctimas de una situación, de injusticias, etc. No es raro que al sentir mucho dolor, angustia, rabia, miedo o stress uno se sienta indefenso, pero una cosa es el sentimiento y algo distinto el quedarse pegado en el rol de víctima, que desencadena una serie de reacciones, actitudes y comportamientos que intoxican a quien se siente víctima y a todos quienes le rodean.
Imágen de Wojtek Siudmak

  • Siente que es obligación de los demás ayudarle. Por lo mismo, no siente gratitud y si da las gracias es solo una formalidad.
  • Siente que la culpa está afuera, que la tiene alguien más, la persona que le dañó, el gobierno que no le ayuda, eventos naturales, etc., pero no se hacen cargo de la responsabilidad que hay en sí mismos, de levantarse y cambiar las circunstancias o rearmar su vida.
  • Su atención está en si mismos y/o su sufrimiento y constantemente sufren por lo que les pasan o el sufrimiento de familiares, amigos, conocidos, personas famosas, mascotas o incluso un animalito que vieron e la calle o como está siendo destruida la naturaleza, pero su diálogo siempre va a estar en torno al sufrimiento generando lástima y hasta culpa en quien le escucha.
  • Si otro le quiere hablar de sus propios temas rápidamente cambian el tema al sufrimiento de alguien más y no son capaces de escuchar a la otra persona.
  • Siempre tienen escusas para no cumplir sus compromisos, ya sea por problemas o el sufrimiento propio o ajeno y no se hacen cargo de a quién perjudican con ello.
  • Se escudan en su sufrimiento para mentir, según ellos, mentiras blancas, cuyo propósito por lo general, consciente o inconscientemente, es provocar más lástima y atención de los demás.
  • Al ser confrontados de sus responsabilidades fácilmente hacen un escándalo con llanto, gritos y/o mucha gesticulación desentendiéndose fácilmente de cualquier cosa que les dicen y poniendo al otro como culpable de como tratan así a la pobre víctima. Responden solo lo que les conviene obviando aquello que realmente es el asunto o diciendo: eso no te lo voy a responder, como si fuera una afrenta.
  • Se justifican fácilmente en lo que el otro supuestamente sintió, pensó o cuales fueron sus intenciones, con tal de prolongar su rol de víctima y poner al otro en el rol del villano de turno.
  • Se olvidan fácilmente de su responsabilidad en los eventos que provocaron su propio sufrimiento, recordando solo la culpa de los otros y por lo mismo se desentienden del sufrimiento que ellos mismos han provocado.
  • Se sienten con derecho de gritar o abordar a quien les trata de ayudar de una manera hasta violenta al relatar los hechos en que han sufrido, cargando toda la violencia a quien les escucha y después se van tranquilos dejando mal a quien ha tratado de ayudarles. Es como si trataran al otro como un tacho de basura.
  • Cuando los demás se alejan por cansancio de ayudar como si estuvieran poniendo en un saco sin fondo, o de constantemente escuchar tragedias o que  los empiecen a tratar como villanos la víctima no entiende porqué esto sucede, ya que no asume las consecuencias de su actitud. Obviamente con esto quien se aleja es catalogado definitivamente como el villano.
Lo más terrible de los vínculos con alguien en el rol de víctima es que esta toxicidad que emite termina por contagiar a quienes les escuchan, ya que viene con una violencia reprimida, una actitud pasivo agresiva que no todos pueden identificar en un primer momento y los oyentes al recibir estas constantes agresiones escondidas terminan sintiéndose heridos y reaccionando de la misma manera, repitiendo los comportamientos.
Por lo mismo es sumamente importante poder identificar este tipo de comportamiento, ya sea momentáneo o permanente y alejarse, ya sea por un tiempo o definitivamente de estos vínculos tóxicos.
Lo ideal es detectarlo a tiempo antes de caer uno mismo en el rol de víctima.