1 may 2014

Cuando la víctima se convierte en victimario

Todos hemos pasados momentos difíciles en nuestras vidas que nos han hecho sentir víctimas de una situación, de injusticias, etc. No es raro que al sentir mucho dolor, angustia, rabia, miedo o stress uno se sienta indefenso, pero una cosa es el sentimiento y algo distinto el quedarse pegado en el rol de víctima, que desencadena una serie de reacciones, actitudes y comportamientos que intoxican a quien se siente víctima y a todos quienes le rodean.
Imágen de Wojtek Siudmak

  • Siente que es obligación de los demás ayudarle. Por lo mismo, no siente gratitud y si da las gracias es solo una formalidad.
  • Siente que la culpa está afuera, que la tiene alguien más, la persona que le dañó, el gobierno que no le ayuda, eventos naturales, etc., pero no se hacen cargo de la responsabilidad que hay en sí mismos, de levantarse y cambiar las circunstancias o rearmar su vida.
  • Su atención está en si mismos y/o su sufrimiento y constantemente sufren por lo que les pasan o el sufrimiento de familiares, amigos, conocidos, personas famosas, mascotas o incluso un animalito que vieron e la calle o como está siendo destruida la naturaleza, pero su diálogo siempre va a estar en torno al sufrimiento generando lástima y hasta culpa en quien le escucha.
  • Si otro le quiere hablar de sus propios temas rápidamente cambian el tema al sufrimiento de alguien más y no son capaces de escuchar a la otra persona.
  • Siempre tienen escusas para no cumplir sus compromisos, ya sea por problemas o el sufrimiento propio o ajeno y no se hacen cargo de a quién perjudican con ello.
  • Se escudan en su sufrimiento para mentir, según ellos, mentiras blancas, cuyo propósito por lo general, consciente o inconscientemente, es provocar más lástima y atención de los demás.
  • Al ser confrontados de sus responsabilidades fácilmente hacen un escándalo con llanto, gritos y/o mucha gesticulación desentendiéndose fácilmente de cualquier cosa que les dicen y poniendo al otro como culpable de como tratan así a la pobre víctima. Responden solo lo que les conviene obviando aquello que realmente es el asunto o diciendo: eso no te lo voy a responder, como si fuera una afrenta.
  • Se justifican fácilmente en lo que el otro supuestamente sintió, pensó o cuales fueron sus intenciones, con tal de prolongar su rol de víctima y poner al otro en el rol del villano de turno.
  • Se olvidan fácilmente de su responsabilidad en los eventos que provocaron su propio sufrimiento, recordando solo la culpa de los otros y por lo mismo se desentienden del sufrimiento que ellos mismos han provocado.
  • Se sienten con derecho de gritar o abordar a quien les trata de ayudar de una manera hasta violenta al relatar los hechos en que han sufrido, cargando toda la violencia a quien les escucha y después se van tranquilos dejando mal a quien ha tratado de ayudarles. Es como si trataran al otro como un tacho de basura.
  • Cuando los demás se alejan por cansancio de ayudar como si estuvieran poniendo en un saco sin fondo, o de constantemente escuchar tragedias o que  los empiecen a tratar como villanos la víctima no entiende porqué esto sucede, ya que no asume las consecuencias de su actitud. Obviamente con esto quien se aleja es catalogado definitivamente como el villano.
Lo más terrible de los vínculos con alguien en el rol de víctima es que esta toxicidad que emite termina por contagiar a quienes les escuchan, ya que viene con una violencia reprimida, una actitud pasivo agresiva que no todos pueden identificar en un primer momento y los oyentes al recibir estas constantes agresiones escondidas terminan sintiéndose heridos y reaccionando de la misma manera, repitiendo los comportamientos.
Por lo mismo es sumamente importante poder identificar este tipo de comportamiento, ya sea momentáneo o permanente y alejarse, ya sea por un tiempo o definitivamente de estos vínculos tóxicos.
Lo ideal es detectarlo a tiempo antes de caer uno mismo en el rol de víctima.

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