6 abr 2015

Pensamiento

¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Por qué estoy aquí? Tantos recuerdos que se esfuman entre mis manos al llegar al cruce de caminos. No puedo tomar ninguno, debo hacer un camino nuevo. ¿Pero qué hago si no sé qué necesito ni a donde voy? Necesito el silencio del bosque, el arrullo del agua, pero huyo por miedo a encontrarme con el gran monstruo que vive en mi interior, esa sombra que me juzga, me critica, me convierte en un nada completamente inadecuado incluso para existir. Corro del monstruo, corro una y otra vez, pero siempre lo veo reflejado en el rostro y las palabras de los demás, haciendo eco en mi alma y que mi corazón tiemble. Me lleva a la soledad más profunda, la incapacidad de conectarme incluso conmigo misma, un vacío tan profundo como un abismo donde todo lo que sabía deja de existir o tener sentido. Es un mundo nuevo y no conozco las reglas del juego, las palabras son ruido blanco y los pensamientos algodón. Me he desintegrado y ya no sé quién soy.


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